jueves, 24 de diciembre de 2009

Y ahora, ¿Qué?


Todo el mundo se ha preguntado alguna vez qué hay que hacer cuando no se sabe qué hacer. Y todo el mundo ha caído siempre en el mismo bucle de mierda que no te lleva a ninguna parte. Cuando el amor se disfraza de costumbre y los sueños del futuro se convierten en grilletes, las sonrisas se apagan y las preguntas se encienden con más de 1000 vatios, cegando por completo cualquier punto de salida al que pudieras dirigirte.
Y es entonces cuando esos interrogantes te acribillan: ¿Y si lo hago? ¿Y si no? ¿Y si me equivoco? Es que hay más pros que contras... Ya, pero ¿y las consecuencias? ¿Y si es lo acertado? ¿Y si todo se ha ido a la mierda? ¿Y si puedo salvarlo? ¿Y si no?
Pero cuando llevas tanto tiempo caminando sobre la cuerda floja y te sangran los pies, llevado ya tan doloroso recorrido sólo tienes ganas de caer al vacío. Porque estás seguro de que el dolor de estamparte el craneo contra el suelo será mucho más suave que el de continuar aguantando allí arriba con los pies en carne viva.
Porque cuando llegas al filo de la navaj
a sólo puedes hacer dos cosas: Cortarte o soltarla.